Este año, la tradicional celebración infantil se realizará el 10 de agosto. La decisión fue impulsada por razones económicas y culturales, con el consenso del sector juguetero.



Después de varios años con modificaciones en el calendario, el Día de la Niñez en la Argentina volverá a celebrarse el segundo domingo de agosto, como solía hacerse hasta 2012. Este 2025, la fecha será el 10 de agosto, luego de que se suspendieran las elecciones primarias (PASO) y se liberara esa jornada de compromisos electorales. Sin embargo, el motivo principal detrás del cambio tiene más que ver con el bolsillo que con la política.

Según la Cámara Argentina de la Industria del Juguete (CAIJ), la modificación busca acercar la fecha al comienzo del mes, cuando las familias aún conservan mayor poder adquisitivo. “Después de la primera quincena, la plata ya no alcanza. Nadie va a comprar un juguete si no tiene para cubrir necesidades básicas”, explicaron desde la industria.

Más allá de lo económico, el Día de la Niñez sigue siendo una fecha de fuerte valor emocional y simbólico. Reconocido por la Convención sobre los Derechos del Niño de la ONU, el festejo pone en el centro el derecho de todos los chicos y chicas a jugar, imaginar y disfrutar. En 2020, un cambio oficial intentó renombrarlo como “Día de las Infancias”, pero esa iniciativa no fue consensuada ni tuvo respaldo institucional duradero.

“Celebramos el juego como un derecho esencial. No importa si se llama Día de la Niñez, de las Infancias o del Niño, lo importante es no perder el espíritu”, expresó el presidente de la CAIJ, Matías Furió. Para acompañar ese espíritu, la Cámara lanzó la campaña nacional “Volvamos a jugar con juguetes”, que busca contrarrestar el exceso de pantallas con más tiempo compartido entre adultos y niños.

El mensaje es claro: menos tecnología pasiva y más juego activo, saludable y en familia. La CAIJ advierte sobre los riesgos del uso excesivo de dispositivos electrónicos en la infancia, que pueden afectar el desarrollo cerebral, el sueño, el lenguaje y la capacidad de atención. También cuestionan el uso de juguetes como herramienta de marketing para incentivar el consumo de alimentos ultraprocesados en combos infantiles, lo que refuerza hábitos perjudiciales desde edades muy tempranas.

Como contrapartida, se promueve el uso de juegos creativos, educativos y al aire libre. Desde masas, pelotas y triciclos hasta juegos de mesa, la industria local apuesta a estimular la imaginación, la motricidad y los vínculos humanos en un contexto social cada vez más marcado por la virtualidad y el aislamiento.

Este año, además, se destacan nuevas tendencias que mezclan cultura pop, diseño, nostalgia y sostenibilidad. Figuras virales como las capibaras, juguetes de colección como Labubu o Stitch, juguetes inteligentes con tecnología integrada, opciones ecológicas hechas con materiales reciclados y propuestas inclusivas y educativas muestran que el universo lúdico se amplía y evoluciona, sin perder su esencia.

En definitiva, el 10 de agosto se celebrará algo más que una fecha: se recupera una tradición y se recuerda que jugar no es un lujo, sino una necesidad vital.