Valijas sin control en la Aduana y vínculos con La Libertad Avanza: investigan los ingresos del hermano de Laura Arrieta a Casa Rosada



La llegada de Laura Arrieta en un vuelo privado con valijas que evitaron controles desató una investigación judicial por presunto contrabando. Su hermano, con vínculos partidarios, ingresó a la Casa Rosada con autorización de asesores clave de Javier Milei. Oficialmente, nadie lo conoce.




El caso que involucra a Laura Belén Arrieta, quien ingresó al país el pasado 25 de febrero en un avión privado y con al menos diez valijas que esquivaron los controles de la Aduana y la Policía Aeroportuaria, sigue sumando aristas políticas y judiciales. La Justicia investiga el episodio bajo la hipótesis de contrabando con connivencia estatal, y en ese marco cobra relevancia el rol de su hermano, Fernando Arrieta, quien figura con dos ingresos a la Casa Rosada autorizados por el asesor presidencial Santiago Caputo y su colaborador Manuel Vidal.

Aunque en La Libertad Avanza aseguran desconocer a Fernando Arrieta, registros oficiales lo ubican en el corazón del poder: ingresó por primera vez en julio de 2024, y regresó en diciembre del mismo año. En ambos casos, su presencia fue avalada por integrantes del círculo íntimo del presidente Javier Milei. A pesar de que desde el Gobierno minimizaron el hecho, el contexto eleva el grado de sensibilidad política: la joven Arrieta está vinculada a una firma dirigida por el exagente de inteligencia Leonardo Scaturicce, también asociado al armado local de la conferencia ultraconservadora CPAC, y a la estructura de comunicación libertaria.

Laura Arrieta, con pasado como azafata en vuelos privados, ocupa hoy un alto cargo en COC Global Enterprise, empresa vinculada a Scaturicce, y figura en el directorio de CPAC Argentina, encargada de la logística. La polémica surgió tras una editorial de Carlos Pagni y tomó fuerza con la difusión de videos por parte de Luciana Geuna, donde se ve a la joven ingresar al país con valijas sin pasar por los controles habituales. En paralelo, surgieron versiones no confirmadas que la vinculan sentimentalmente con Scaturicce y señalan que su cercanía con espacios como CPAC buscaba respaldo político e incluso inmunidad frente a conflictos legales en Estados Unidos.

El entramado se vuelve más complejo con los movimientos de Fernando Arrieta, quien, aunque desconocido por voceros libertarios, aparece públicamente junto a figuras del oficialismo en actos partidarios y eventos organizados por la Fundación DALE, que él mismo preside. En sus redes sociales se lo ve con Karina Milei en la CPAC Argentina, y compartiendo encuentros con referentes como José Luis Espert, Patricia Bullrich y Sebastián Pareja, armador clave en la provincia de Buenos Aires.

No obstante, dirigentes bonaerenses consultados niegan cualquier vínculo con Arrieta. Aseguran no conocerlo, ni siquiera de nombre. Desde la Casa Rosada, la respuesta oficial se ciñó a un libreto defensivo: “No se va a dar entidad a una versión que dice Pagni que escuchó que le dijeron”. Sin embargo, los registros de visitas están documentados, y las imágenes compartidas en redes sociales contradicen el aparente desconocimiento.

La historia suma ingredientes sensibles: el posible contrabando, el uso de vuelos privados, el ingreso sin controles, las conexiones con figuras cercanas al presidente y la falta de explicaciones oficiales. Mientras desde el Gobierno insisten en hablar de “campaña sucia”, la Justicia continúa su curso y la trama, lejos de cerrarse, se amplía. Arrieta, por ahora, es una figura enigmática que nadie admite conocer, pero que logró estar dos veces dentro de la Casa Rosada y orbita en los círculos más próximos al poder.