El Banco Central perdió medio billón de pesos en futuros por la escalada del dólar



En julio, el BCRA acumuló pérdidas por casi $500.000 millones al intervenir masivamente en el mercado de futuros para frenar la suba del tipo de cambio. Las ventas a precio inferior al dólar spot sumaron presión sobre la emisión y reflejaron las limitaciones del régimen de bandas cambiarias.



Las maniobras del Banco Central para contener la suba del dólar oficial no lograron frenar la presión cambiaria. Durante los últimos tres meses, la entidad monetaria vendió contratos de dólar futuro de forma sostenida, cerrando julio con un rojo cercano al medio billón de pesos. El salto del tipo de cambio mayorista durante el mes, cercano al 14%, generó un fuerte impacto en el balance del organismo, que se convirtió en el principal oferente del mercado para contener las expectativas de devaluación.

Desde la implementación del régimen de bandas cambiarias acordado con el Fondo Monetario Internacional, el BCRA se ve limitado para intervenir directamente en el mercado spot. Frente a ese escenario, optó por reforzar su presencia en el mercado de futuros y aplicar subas agresivas en las tasas de interés para absorber pesos. Sin embargo, las medidas no evitaron que el dólar mayorista se acercara peligrosamente al techo de la banda, ni impidieron la pérdida millonaria que se registró al cierre de los contratos.

El tipo de cambio A3500, utilizado como referencia para la liquidación de futuros, subió un 13,22% entre el 30 de junio y el 31 de julio. En ese período, el Banco Central vendió contratos por debajo del valor de mercado, asumiendo una diferencia negativa que se tradujo en una emisión adicional de pesos al momento de saldar las operaciones.

La combinación de un mercado financiero altamente líquido —tras el desarme de las LEFI que liberó $10 billones— y la falta de reservas suficientes para intervenir con dólares físicos, dejó al BCRA con escaso margen de maniobra. Si bien la intervención en futuros no compromete directamente las reservas internacionales, sí impacta sobre la base monetaria, al obligar a la entidad a emitir pesos para cubrir pérdidas.

En este contexto, la política de intervención adoptada por la autoridad monetaria terminó revelando su fragilidad. Lejos de estabilizar el tipo de cambio, profundizó la presión sobre el mercado y expuso los riesgos fiscales y monetarios de una estrategia que depende, cada vez más, de instrumentos de alto costo y efectividad limitada.