Se dispara el dólar y sube el riesgo país mientras se derrumban los bonos argentinos

La inestabilidad financiera golpea a los mercados locales y complica aún más al gobierno de Javier Milei. La suba del dólar y la caída de los bonos se producen en medio de la incertidumbre por el acuerdo con el FMI y el impacto global de los nuevos aranceles impuestos por Donald Trump.
La semana comenzó con fuertes turbulencias financieras que impactaron de lleno en la economía argentina. La combinación del retraso en la definición del acuerdo con el Fondo Monetario Internacional (FMI) y el mal clima internacional generado por los aranceles anunciados por Donald Trump provocaron una disparada del dólar y un derrumbe de los activos argentinos.
El ministro de Economía, Luis “Toto” Caputo, intentó transmitir calma y aseguró que el dólar “vale 1.300 pesos, un precio más bajo que hace diez meses”, aunque sus declaraciones no lograron frenar la desconfianza de los mercados.
En el segmento de futuros, las operaciones a fin de abril se pactaron en $1.170, lo que significó un incremento del 3,3% respecto del último cierre, con una tasa nominal anual superior al 100%. A su vez, el dólar MEP trepó a $1.321, el Contado con Liquidación a $1.309 y el “blue” avanzó a $1.305.
La presión cambiaria arrastró a la Bolsa de Buenos Aires, donde el índice MERVAL registró una caída promedio del 2,5%. En Nueva York, los ADRs de empresas argentinas sufrieron bajas de hasta 5,6%, mientras que los bonos de deuda pública retrocedieron más de 1,5%, impulsando el riesgo país por encima de los 800 puntos.
El panorama internacional también sumó preocupación. Las bolsas de Asia, Europa y Wall Street cerraron con pérdidas generalizadas tras los anuncios de Trump, lo que agudizó la volatilidad.
El gobierno de Milei enfrenta este tembladeral con pocas reservas y a la espera de una señal concreta del FMI que permita sostener el plan económico. Pese a la incertidumbre, Caputo insistió en que no existe atraso cambiario y atribuyó la suba del dólar a “operaciones de corto plazo” que no alterarían, según sus palabras, el rumbo de la macroeconomía.