Cambio histórico en Argentina triunfo de Milei y caída del peronismo
Las elecciones legislativas del 26 de octubre marcaron un punto de inflexión en el mapa político argentino: Milei consolidó su poder mientras el peronismo quedó debilitado tras décadas de protagonismo.
En las elecciones del pasado domingo en Argentina, la coalición del presidente Javier Milei logró una victoria contundente que le permitirá avanzar con mayor firmeza en su agenda de reformas económicas. Al mismo tiempo, el movimiento peronista —hasta ahora eje dominante de la política argentina— sufrió una caída significativa, reflejo de un desgaste acumulado y de un desapego creciente del electorado.
Varios factores explican por qué Milei ganó y por qué el peronismo perdió. En primer lugar, la coyuntura económica y la percepción pública jugaron un rol decisivo. Aunque la economía argentina atraviesa un momento complejo, los votantes identificaron en Milei la posibilidad de romper con modelos fracasados del pasado. Según analistas, “los argentinos mostraron que no querían volver al modelo del fracaso” que asociaban con gobiernos peronistas precedentes.
Entrelazado con lo anterior, el presidente Milei logró capitalizar el miedo a un retorno al kirchnerismo o al peronismo tradicional. En un contexto de crisis económica prolongada, de inflación elevada y de desencanto con la política, muchos ciudadanos optaron por la apuesta de cambio que él representaba.
Del lado peronista, la derrota se explica por varios motivos. El electorado observó falta de renovación, divisiones internas, y una campaña que no logró ofrecer una alternativa creíble frente al descontento generalizado. En ese sentido, la fuerza del peronismo se resentía tras décadas de protagonismo, viéndose como parte del “sistema” que generó los problemas que el país hoy afronta. abstención alcanzó niveles altos para los estándares argentinos (67–68 %), lo que indica un grado considerable de desafección electoral que favoreció a un sector más movilizado y decidido, como el del presidente Milei.
En resumen, Milei ganó porque logró presentarse como la opción de cambio frente a un gobierno tradicional cansado y por una sociedad que deseaba romper con viejas dinámicas; el peronismo perdió porque no logró conectar con esa necesidad de renovación y quedó al margen de la lógica del voto útil que se impuso en esta elección.
Este análisis se extiende con otros factores que incidieron posiblemente.
