Caos y desesperación en Gaza: miles irrumpen en un centro de ayuda en Rafah

Las restricciones al ingreso de ayuda humanitaria y los desplazamientos forzosos en la Franja de Gaza provocaron escenas de caos en un centro de distribución gestionado por una fundación estadounidense. La ONU y organizaciones humanitarias denunciaron graves fallas y advirtieron que “ningún lugar es seguro” para los civiles.
Miles de personas derribaron las vallas e irrumpieron este martes en un centro de distribución de ayuda humanitaria en Rafah, al sur de la Franja de Gaza. El operativo fue organizado por la Fundación Humanitaria de Gaza (GHF), respaldada por Estados Unidos e Israel, en reemplazo de los canales habituales de distribución liderados por la ONU, limitados por el bloqueo impuesto por Israel desde el 2 de marzo.
El caos se produjo por la aglomeración desesperada de civiles hambrientos, en un contexto de escasez de alimentos y medicamentos. “Fue por la falta de ayuda y la demora en la distribución. La gente intentó entrar para llevarse lo que pudiera”, relató Ayman Abu Zaid, un ciudadano desplazado.
El secretario general de la ONU, António Guterres, calificó de “desgarradoras” las imágenes registradas y rechazó que la distribución se realice fuera del marco de Naciones Unidas. Denunció que la GHF no cumple con los principios de imparcialidad e independencia, ni garantiza seguridad en un territorio donde no se ha declarado alto el fuego.
La GHF atribuyó los problemas a bloqueos por parte de Hamas, algo que el grupo negó, calificando la acusación de “invención total”. Mientras tanto, el Ejército israelí admitió haber disparado “tiros de advertencia” para dispersar a la multitud, pero negó que se abriera fuego contra civiles desde helicópteros.
Por su parte, el gobierno de EE.UU. defendió el operativo humanitario y acusó a la ONU de “hipocresía”. La portavoz del Departamento de Estado, Tammy Bruce, minimizó las críticas afirmando que “el problema no es quién da la ayuda, sino que llegue”.
El nuevo esquema de distribución forma parte de un plan cuestionado por medios como The New York Times, que revelaron que fue concebido por Israel para socavar a Hamas. Críticos también señalaron que las ubicaciones de los centros de ayuda coinciden con zonas de interés militar israelí.
A su vez, la Organización Internacional para las Migraciones informó que cerca de 180.000 personas fueron desplazadas forzosamente entre el 15 y el 25 de mayo por los ataques del Ejército israelí. Médicos Sin Fronteras denunció que estas evacuaciones masivas forman parte de una estrategia de “limpieza étnica” que deja a los civiles atrapados en espacios cada vez más reducidos.
La guerra, iniciada tras el ataque de Hamas el 7 de octubre de 2023, ha dejado más de 53.977 palestinos muertos —la mayoría civiles— y más de 1.200 israelíes fallecidos. La comunidad internacional continúa sin lograr un alto el fuego sostenido, mientras crece la tragedia humanitaria en Gaza.