Desde la asunción de Milei, los precios de los combustibles subieron un 40%, afectando no solo a los surtidores sino también a la canasta de alimentos y otros insumos esenciales.
La política de ajuste implementada por el gobierno de Javier Milei y los indicadores oficiales del INDEC, según críticos, no logran reflejar la realidad que viven los consumidores. Día a día, los argentinos sienten el impacto del incremento de los combustibles, que se refleja directamente en el precio de la nafta y en los productos de la canasta básica.
Desde diciembre de 2023, el precio del combustible registró un aumento acumulado cercano al 40%. La eclosión del dólar, la libre disposición de las petroleras para fijar los precios y la falta de acuerdos sólidos con los proveedores más importantes del país contribuyeron a que YPF y otras compañías ajusten sus tarifas al alza.
Según testimonios de consumidores en La Rioja y en otros distritos del país, los incrementos son constantes y afectan directamente el presupuesto familiar, profundizando la percepción de que las políticas de ajuste generan un fuerte impacto económico en la vida cotidiana de los argentinos.
La situación coloca a las políticas del presidente Milei bajo la lupa, mientras los ciudadanos enfrentan un aumento sostenido en los costos de transporte y de bienes esenciales.