El Gobierno responsabilizó a los bancos por la suba del dólar pero luego reconoció su propia intervención



En medio de una fuerte presión cambiaria, el oficialismo acusó a entidades financieras por la disparada del dólar, pero terminó admitiendo que su propia política de retiro de oferta contribuyó a la escalada.



Tras un salto de $55 en un solo día, el Gobierno nacional apuntó públicamente contra bancos como Macro, Galicia y Bapro, acusándolos de impulsar una corrida cambiaria. La denuncia, lanzada inicialmente por el presidente Javier Milei y reforzada desde Casa Rosada a través de medios afines, buscó explicar la suba sostenida de la divisa durante el último mes. Sin embargo, horas más tarde, fue el propio Ejecutivo quien reconoció que sus decisiones también tuvieron un peso clave en el incremento.

Durante una transmisión en vivo por canales oficialistas, el ministro de Economía Luis Caputo reveló que el Gobierno absorbió del mercado unos 1.500 millones de dólares en apenas 35 días, lo que redujo drásticamente la oferta disponible en el sistema. “Es mucha oferta que le sacamos al mercado”, admitió, en referencia a las compras del Tesoro para cumplir metas con el FMI. Esta menor disponibilidad de billetes contribuyó a presionar el tipo de cambio al alza.

La acusación contra los bancos generó fuertes tensiones con el sistema financiero, en especial porque varias de las entidades mencionadas colaboraron previamente con el Gobierno a través de financiamientos clave. Voceros del sector calificaron las declaraciones como “infundadas” y recordaron que los bancos no operan divisas por cuenta propia, sino como intermediarios del mercado oficial.

En paralelo, Milei también responsabilizó a la vicepresidenta Victoria Villarruel, por haber habilitado una sesión parlamentaria en la que se aprobó una mejora a los haberes jubilatorios, lo que según él alimentó la volatilidad cambiaria. Además, desde el oficialismo reapareció el concepto de “riesgo kuka” —en alusión al kirchnerismo— como explicación política al contexto económico adverso.

Consultoras privadas, como PxQ, advirtieron que mientras no se incremente significativamente la oferta de dólares, no habrá forma sostenible de estabilizar el tipo de cambio. La escasez de divisas, sumada a la salida de inversores tras un informe de J.P. Morgan que recomendó abandonar el carry-trade, contribuyó a agitar aún más el panorama.

Desde la oposición, la expresidenta Cristina Fernández de Kirchner criticó con dureza la estrategia oficial y cuestionó la consigna “Todo marcha de acuerdo al plan”. En un posteo en redes sociales, acusó al Gobierno de desatender la actividad económica y provocar un deterioro acelerado en salarios, jubilaciones, empleo e industria. Además, sostuvo que la verdadera raíz de la crisis continúa siendo la falta estructural de dólares, profundizada por el endeudamiento y la fuga de capitales.

Mientras tanto, el malestar también se hizo sentir en redes sociales, donde las menciones negativas sobre el dólar se dispararon un 200% en solo un día. Las explicaciones del ministro Caputo y del presidente del Banco Central, Santiago Bausili, no lograron calmar las aguas ni en los mercados ni en la conversación pública, reflejando un clima de creciente incertidumbre económica.