El peronismo cerró alianzas unificadas en 17 provincias y enfrenta internas en otras siete de cara a las elecciones



Con acuerdos en la mayoría del país, el justicialismo avanza hacia octubre entre gestos de unidad, tensiones internas y la ausencia de una figura única de liderazgo.



El peronismo concluyó el proceso de inscripción de frentes electorales para las elecciones nacionales de octubre con un resultado dispar: logró una propuesta unificada en 17 de las 24 provincias, mientras que en las siete restantes presentará listas divididas. La conformación de estas alianzas expuso el estado de debate interno y la falta de una conducción centralizada que ordene a todas las vertientes del espacio.

A nivel nacional, la mayoría de los frentes inscriptos adoptaron el nombre “Fuerza Patria”, aunque en algunas provincias se optó por denominaciones más ligadas a lo local, como “Frente Tucumán Primero” o “Defendamos La Pampa”. En otros distritos, como Córdoba, San Luis o Misiones, las diferencias políticas derivaron en múltiples listas ligadas al justicialismo, lo que anticipa una competencia interna de alto voltaje.

Uno de los focos de atención está en la provincia de Buenos Aires y en la Ciudad Autónoma de Buenos Aires. En ambos distritos, la agrupación Patria Grande, liderada por Juan Grabois, decidió no adherir –por ahora– a la alianza Fuerza Patria. Aunque su partido sí firmó en otras provincias como Santa Fe, Córdoba, Río Negro y San Juan, Grabois eligió tensar la interna para evitar que Sergio Massa encabece la lista de diputados nacionales. En una entrevista reciente, expresó: “No puedo aceptar dócilmente que al espacio peronista lo hegemonice Massa”.

Este posicionamiento generó cierto malestar dentro del PJ. Aunque algunas versiones señalaron un supuesto aval de Cristina Fernández de Kirchner a la postura de Grabois, desde el entorno de la expresidenta lo desmintieron. “Ella quiere que todos estén adentro. Lo que haga Juan es decisión de él”, aseguraron desde su equipo más cercano.

En Córdoba, la división del peronismo será notoria. Habrá tres listas: una liderada por el gobernador Martín Llaryora bajo el frente “Provincias Unidas”; otra por Natalia De la Sota, hija del exgobernador José Manuel de la Sota, con el sello “Defendamos Córdoba”; y una tercera con el nombre de Fuerza Patria, ligada al kirchnerismo local.

Situaciones similares se replicarán en Salta, Jujuy, San Luis, Misiones, Tierra del Fuego y Chubut, donde las diferencias entre sectores del PJ impidieron sellar acuerdos de unidad. En contraste, en distritos como La Rioja, Chaco, Entre Ríos, Tucumán, Formosa y Neuquén, se consolidaron frentes amplios y consensuados, con participación de partidos aliados y estructuras provinciales.

En Chaco, por ejemplo, Jorge Capitanich reunió a 14 partidos en una sola alianza bajo el nombre de Fuerza Patria, y se perfila como primer candidato a senador. En La Rioja, el frente se bautizó “Federales. Defendamos La Rioja”, impulsado por el gobernador Ricardo Quintela.

A menos de tres meses de las elecciones, el pan-peronismo se muestra fortalecido en buena parte del mapa, pero aún debe resolver disputas clave que podrían fragmentar su caudal de votos en los distritos más poblados del país. La figura de Grabois, el papel de Massa y la definición de candidaturas antes del 17 de agosto marcarán el pulso de una campaña electoral que, lejos de estar definida, recién empieza a tomar forma.