Escándalo financiero en Rosario por cheques sin fondo de empresaria vinculada a Bullrich y Arietto
Verónica Razzini, referente del movimiento antisindical y actual diputada nacional, emitió cheques rebotados por más de 570 millones de pesos. El colapso de su empresa expone los límites de un modelo político-empresarial basado en discursos contra los gremios y sin respaldo económico.
La diputada nacional Verónica Razzini, figura emergente del movimiento “antibloqueo” impulsado por Patricia Bullrich y Florencia Arietto, quedó en el centro de una fuerte polémica tras revelarse que su empresa, Razzini Materiales, emitió 188 cheques sin fondo por un total superior a los 570 millones de pesos. El dato surge de la Central de Deudores del Banco Central y pone en evidencia la fragilidad financiera del grupo empresarial que encabeza.
La firma, con sede en Rosario, había ganado notoriedad en 2020 al protagonizar un extenso conflicto con el Sindicato de Camioneros de Santa Fe, y fue desde allí que Razzini dio el salto a la política nacional con respaldo del ala dura del PRO. En 2023, fue electa diputada nacional por Santa Fe y poco después conformó un bloque propio, Futuro y Libertad, junto a otros legisladores alejados del macrismo tradicional.
Según detalla el portal LPO, el colapso económico de la empresa responde a una estrategia de expansión desmedida. Tras adquirir el corralón Hormigones Ricci —negocio antes vinculado al intendente de Villa Gobernador Gálvez, Antonio Ricci—, el grupo no solo amplió su planta de producción de hormigón, sino que también se lanzó al desarrollo inmobiliario, sin el respaldo financiero necesario para sostener el salto. La principal proveedora, Holcim, le cerró la cuenta al acumularse los incumplimientos.
Los orígenes del modelo de negocio están ligados a esquemas de canje con constructoras, en los que los materiales se pagaban con viviendas terminadas. Pero la suspensión de la obra pública nacional, impulsada por el actual Gobierno, y la contracción del mercado inmobiliario, terminaron por dejar al grupo al borde del colapso
Razzini, que había prometido en campaña defender a las pymes y combatir la “industria del juicio”, representa hoy un caso paradigmático de cómo ciertos discursos empresariales se desmoronan ante la realidad económica. Su movimiento “antibloqueo”, presentado como una cruzada contra los sindicatos, fue el trampolín hacia la política. Sin embargo, los mismos sectores que la impulsaron desde el oficialismo hoy también son responsables, indirectamente, de la parálisis que afectó sus negocios.
El episodio también desnuda la contradicción de una política que, en nombre de la libertad de mercado, termina cercenando la actividad de los propios empresarios que la respaldan. En medio de las internas que atraviesan al oficialismo nacional, y con Bullrich buscando reorganizar fuerzas en Santa Fe, el caso Razzini es un llamado de atención sobre los costos reales de un modelo que combina ideología antisindical, fragilidad empresarial y promesas incumplidas.