
La transmisión en vivo desde el fondo del mar argentino superó en audiencia a todos los canales de noticias y hasta dejó atrás al propio Presidente en streaming. Una expedición científica atrapó la atención nacional con paisajes desconocidos, hallazgos sorprendentes y una bióloga convertida en fenómeno viral.
En un hecho sin precedentes para la comunicación científica argentina, el streaming en vivo del CONICET desde el cañón submarino de Mar del Plata se convirtió en el contenido más visto del país, superando incluso a las transmisiones políticas más esperadas. Mientras el presidente Javier Milei ofrecía una entrevista junto a Alejandro Fantino en un canal libertario, más de 50.000 personas elegían ver estrellas marinas, corales y misteriosas profundidades del Atlántico Sur.
La expedición, desarrollada a bordo del buque oceanográfico Falkor (too) y transmitida a través del canal de YouTube del Schmidt Ocean Institute, comenzó el 23 de julio y estará disponible hasta el 10 de agosto. El proyecto —liderado por más de 30 científicos argentinos bajo el título “Underwater Oases of Mar del Plata Canyon: Talud Continental IV”— documenta en tiempo real hábitats nunca antes explorados por la ciencia nacional, gracias al uso del ROV SuBastian, un robot submarino de alta tecnología capaz de operar a casi 4.000 metros de profundidad.
La fascinación del público se potenció con el tono humano y espontáneo de quienes integran el equipo científico. Nadia Cerino, bióloga marina e investigadora del CONICET, se convirtió en tendencia en redes sociales tras pronunciar, con humor involuntario, una frase que se volvió viral: “Che, no sacamos ni un coral”. Desde entonces, fue apodada por el público como “Nadia Coralina”, generando un vínculo emotivo entre la audiencia y la ciencia.
Pero no todo fue maravilla en las profundidades: entre las especies desconocidas también apareció basura humana. Este contraste entre riqueza biológica y amenaza ambiental motivó a los investigadores a reclamar la creación de una nueva área marina protegida, para preservar un ecosistema que, hasta ahora, era invisible para la mayoría de los argentinos.
Daniel Lauretta, jefe científico de la expedición, subrayó el valor estratégico del proyecto: “La mayoría de la población desconoce que este tipo de ambientes existen y mucho menos que su salud incide directamente en el futuro económico y ambiental del país. Es hora de abrir el mar a la educación y la conciencia pública”.
El fenómeno de audiencias sorprendió incluso a los analistas del ecosistema digital. Mientras el “conversatorio” entre Milei y Fantino no logró superar los 33.000 espectadores, la transmisión científica rompió la barrera de los 81.000 conectados en simultáneo en sus momentos de mayor pico. A las 21:20 del jueves, por ejemplo, el CONICET registraba más de 50.000 visualizaciones en tiempo real, frente a los 18.000 de Neura, el canal libertario.
En plena escalada del dólar y en un clima social cargado de incertidumbre, la elección de miles de argentinos por contenidos educativos y ambientales revela una demanda creciente por otro tipo de información: aquella que explora, conecta y construye futuro. Paradójicamente, este hito ocurre en un momento en el que organismos como el CONICET son blanco de recortes presupuestarios y discursos que desvalorizan la ciencia pública.
Contra todos los pronósticos, el fondo del mar logró lo que ni los operadores políticos ni los influencers libertarios: captar la atención masiva con honestidad, conocimiento y una cuota de asombro.