Las correcciones abarcaron seis meses del indicador, lo que generó cuestionamientos desde el bloque de diputados nacionales del peronismo. Según señalaron, se modificaron los registros de enero, febrero, abril, junio, julio y agosto, mejorando el rendimiento general de la actividad económica a pesar de la marcada desaceleración que perciben distintos sectores productivos. Esto avivó las sospechas de manipulación, especialmente ante la comparación irónica que varios opositores hicieron con los supuestos fallos arbitrales que se le atribuyen a la conducción de la AFA.
La tensión política creció al punto que algunos legisladores ya trabajan en un índice de inflación alternativo, alegando falta de confianza en los datos oficiales. En ese contexto, Lavagna publicó un documento para explicar los cambios detectados y sostuvo que las series del EMAE se elaboran con información parcial y provisoria, lo que genera correcciones naturales al incorporar nuevos datos.