Lule Menem gana poder con el respaldo de Karina Milei y se agrava el conflicto con los gobernadores

El oficialismo refuerza su núcleo duro y desplaza al diálogo. Con la salida de Catalán casi confirmada, “Lule” Menem suena fuerte para asumir como secretario de Interior. La tensión institucional escala y los gobernadores ya preparan su contraataque desde el Senado.
En un momento de máxima tensión entre el Gobierno nacional y las provincias, Karina Milei da una señal clara: apuesta fuerte por Eduardo “Lule” Menem como nuevo secretario de Interior, desplazando a Lisandro Catalán y endureciendo aún más la relación con los gobernadores.
El ascenso de Lule Menem no es solo un enroque administrativo. Representa el avance de un sector más rígido del oficialismo que, encabezado por la hermana del Presidente, busca concentrar el control político del vínculo con los mandatarios provinciales. El mensaje es directo: no habrá concesiones, ni siquiera a los aliados circunstanciales que acompañaron la Ley Bases, el DNU 70/2023 y los vetos presidenciales.
Catalán, que llegó al cargo bajo el ala de Guillermo Francos y supo ser una figura de gestión más moderada, quedará fuera del tablero institucional para encabezar la lista de diputados nacionales por Tucumán. Su salida refleja también el vaciamiento del Ministerio del Interior, hoy convertido en una secretaría sin fondos ni poder real de negociación.
El quiebre con las provincias quedó expuesto tras los dichos de Javier Milei, quien acusó a todos los gobernadores de intentar “destruir al Gobierno nacional”. En respuesta, un mandatario peronista advirtió: “Vamos a responder, pero desde el Senado”. Y en esa línea, los gobernadores se aprestan a avanzar con proyectos claves como el reparto automático de los ATN (Aportes del Tesoro Nacional) y la coparticipación del impuesto a los combustibles. En paralelo, frenarán otras demandas como la actualización de las jubilaciones y la prórroga de la moratoria previsional, utilizando su poder parlamentario como moneda de cambio.
El crecimiento político de Lule Menem es parte de una estrategia más amplia. Como armador territorial de La Libertad Avanza, viene sumando poder en las provincias, muchas veces en abierta confrontación con los gobernadores locales. Esto encendió alertas en varias provincias, que ven en su figura –y en la de Martín Menem en Diputados– un dique de contención para sus iniciativas, incluso cuando sus bloques legislativos acompañan al oficialismo.
La reciente foto de Karina y Lule Menem con el gobernador salteño Gustavo Sáenz fue leída como una advertencia dentro de la “liga de gobernadores”: hay señales de que el poder real en la Casa Rosada ya no pasa por Francos ni por Caputo, sino por un círculo más cerrado, con mirada de largo plazo y escasa voluntad de negociación.
Esta pulseada interna también deja perdedores dentro del propio oficialismo. Santiago Caputo, uno de los estrategas detrás del intento de tregua con las provincias, quedó relegado ante el avance del tándem Karina-Lule, que ya proyecta su poder más allá de la gestión actual. Desde ese núcleo ya se piensa en 2027… e incluso en 2031.
El conflicto entre Nación y provincias se recalienta. En lugar de aflojar, el Gobierno parece decidido a tensar la cuerda. Y mientras Karina Milei consolida su rol como jefa política en las sombras, los gobernadores preparan su revancha institucional.