Tensión global: Israel cita a Milei tras ataque a Irán y Argentina queda envuelta en una crisis geopolítica



El canciller israelí Gideon Saar celebró el bombardeo a la prisión de Evin en Teherán con una frase icónica del presidente argentino Javier Milei: “¡Viva la libertad, carajo!”. La mención explícita al mandatario generó fuerte repercusión internacional y reavivó el debate sobre el rol de Argentina en conflictos armados.



Aunque no implica participación directa, el uso simbólico de una consigna oficialista para avalar una ofensiva militar expone al país a tensiones diplomáticas y eventuales represalias, especialmente en un contexto de alta volatilidad en Medio Oriente. Analistas y diplomáticos advirtieron que este gesto podría comprometer la histórica neutralidad argentina en escenarios bélicos y afectar su posición en bloques regionales de perfil más cauteloso.

El ataque se enmarca en una escalada militar sin precedentes: Israel bombardeó seis instalaciones iraníes, mientras Estados Unidos desplegó la operación “Martillo de Medianoche”, con más de 125 aeronaves atacando objetivos nucleares. En respuesta, Irán amenazó con cerrar el estrecho de Ormuz y declaró: “Terminaremos esta guerra”. China inició evacuaciones y el presidente ruso Vladimir Putin convocó con urgencia al canciller iraní.

La ONU, la OIEA y líderes globales expresaron su alarma ante el riesgo de un conflicto de escala global. Rafael Grossi, director del organismo nuclear, advirtió que “nadie está en condiciones de evaluar los daños nucleares” y pidió un cese inmediato de las hostilidades.

En este contexto, el guiño simbólico de Saar a Milei abre un nuevo frente de discusión en la política argentina: ¿hasta dónde puede llegar el personalismo diplomático? ¿Y qué consecuencias puede tener para la seguridad y las relaciones exteriores del país?