Las ventas minoristas en el país no sólo no lograron recuperarse, sino que, en el marco del Día de la Madre, registraron un retroceso interanual que profundiza la crisis del comercio y el consumo familiar.
Las ventas por la celebración del Día de la Madre 2025 marcaron una caída del 3,5 % respecto al mismo período del año anterior, según el informe de la Confederación Argentina de la Mediana Empresa (CAME).
En términos nominales, el ticket promedio fue de unos $ 37.124, lo que representó un aumento del 9,8 % respecto de 2024; sin embargo, al ajustar por inflación la caída real del monto destinado al consumo fue del 16,7 %.
Este escenario se repite en otros segmentos: por ejemplo, en el rubro supermercados, las ventas a precios constantes muestran contracciones importantes. En junio de 2025, las grandes superficies registraron una caída interanual de 8,4 %, y el acumulado del primer semestre sufrió una baja del 6,5 % frente a igual período de 2024.
La caída del consumo se produce en un contexto donde los hogares ven reducido su poder adquisitivo, mientras los costos de insumos como la energía y el gas siguen al alza. Los negocios, por su parte, enfrentan incrementos de costos operativos, caída de la demanda y dificultades para sostener márgenes de rentabilidad: la combinación de bajos salarios reales, falta de liquidez familiar y cierre de empresas privadas conforma un marco desolador para la economía local.
En este panorama, la celebración del Día de la Madre —una de las fechas más relevantes para el comercio minorista— deja de marcar un repunte para convertirse en un reflejo de la debilidad estructural del consumo y la economía argentina en 2025.