Docentes de Fiambalá sostienen un merendero escolar ante la malnutrición de sus alumnos

En la Escuela Secundaria N°17 de Fiambalá, un gesto solidario se transformó en una acción concreta para enfrentar una realidad que duele: muchos estudiantes llegan a clases sin haber comido. Ante esta situación, docentes encabezados por la vicedirectora Claudia Pereira impulsaron un proyecto para brindar merienda diaria a los alumnos del turno tarde, que hoy ya alcanza a 55 jóvenes.

La iniciativa nació al detectar que varios chicos manifestaban no haber almorzado. “Los profes charlan con los alumnos y uno que otro dice que no comió, ya sea por falta de tiempo o porque en la casa no alcanza. Entonces nació la idea y ya hace un mes que lo estamos haciendo con mucho corazón”, explicó Pereira.

Lejos de buscar polémica, la vicedirectora aclaró que el único objetivo es que los estudiantes puedan continuar sus estudios en mejores condiciones. “En primaria se les brinda almuerzo o refrigerio, pero en secundaria pierden ese beneficio. Nosotros solo queremos reforzar su alimentación, no hay otra intención”, aseguró.

La escuela no cuenta con cocina ni infraestructura para preparar alimentos, pero eso no fue un obstáculo: utilizan pavas eléctricas y cada alumno lleva su taza. Con los aportes voluntarios del cuerpo docente, que dona dinero, yerba, azúcar, panificados o bizcochos, logran garantizar cada día una merienda básica, que muchas veces se reduce a mate cocido con pan con grasa, y en ocasiones, pastaflora o bizcochuelo.

“Nos gustaría poder ofrecerles leche chocolatada o algo más nutritivo, pero no tenemos los medios. Aun así, los profes liberan cinco minutos antes a los chicos para que puedan merendar. Lo hacemos como se puede, pero con el corazón puesto en ellos”, sostuvo la vicedirectora.

El caso de Fiambalá pone en evidencia una problemática estructural: la desprotección alimentaria en el nivel secundario, que no siempre está contemplada en las políticas de asistencia escolar. Mientras tanto, en esta escuela del oeste catamarqueño, la dignidad de los estudiantes se defiende cada día desde la vocación, la empatía y el compromiso de sus docentes.